Empoderar financieramente nuestro entorno rural.

Empoderar financieramente nuestro entorno rural.

Siempre que puedo, sobre todo en vacaciones, aprovecho para escaparme en bici y darme una pequeña paliza por los pueblos de la sierra madrileña, algunos, auténticas joyas por redescubrir.

Resulta interesante comprobar cómo algunos sitios van vaciándose y otros, sin embargo, tratan de revitalizarse con iniciativas locales de nuevos negocios que van empoderando a la comunidad frente a la marginalización que supone su distancia respecto a los grandes núcleos urbanos.

Suelo pararme en algunos de ellos para descansar un poquito, recargar energías y charlar con algún lugareño. Como no puedo evitarlo, hago prospección comercial y cada vez es más acentuada la preocupación que me trasladan sus comerciantes al tener que mandar a otra población a la gente que pregunta por un cajero porque la suya ha quedado sin cajero, incluso sin sucursal o agente.

Yo no puedo más que asentirle porque conozco la problemática desde hace años. Desde el 2018 los bancos prescindieron de más de 22.000 cajeros automáticos y en lo que respecta a la Comunidad de Madrid, hubo una reducción de sucursales del 5,87% (Banco de España). Por ello no es de extrañar que si en 2019 el 52% de los pueblos de España no tenían ni siquiera una oficina bancaria (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas – IVIE), a día de hoy estas cifras no hayan hecho sino aumentar. De hecho, el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada ya ha advertido que se estima que el 5% de la población española no tendrá acceso a dinero en efectivo en el año 2025.

Imaginar que en esta zona donde estoy, ya no solo para ellos como residentes sino también para turistas que siempre aprovechan para moverse y visitar los sitios de alrededor de su hotel o alojamiento, se tienen que ir a buscar un cajero automático a otra localidad, resulta molesto, obvio. Primero porque habrá menos posibilidades de que consuman ahí. Después, por el consiguiente tiempo, dinero e incomodidad que conlleva ante el desconocimiento del lugar a donde tiene que ir el cliente. Todo esto, suponiendo que el cajero de allí funcione, ya que en la mayoría de los casos no tiene efectivo o está fuera de servicio por la falta de mantenimiento.

Todos ellos me destacan que esta ausencia de efectivo les está debilitando y privando de cierta “libertad” al no poder disponer de dinero físico durante las 24 h del día a título personal ni para la comunidad como elemento dinamizador para revitalizar, e incluso, justificar ciertas actividades comerciales en estos entornos alejados, calificados a veces peyorativamente como “rurales” para designarlos como “desfasados” o “en extinción”.

Hay diversos proyectos que tratan de hacer frente a este fenómeno con buses como oficinas móviles, estancos y oficinas de correos capacitadas para realizar ciertas operaciones, etc. También desde Euronet estamos aportando nuestro granito de arena dando cobertura con nuestros cajeros automáticos a diversos municipios de la denominada “España vaciada”.

Sin embargo, dada la tendencia actual y si no hay una implicación institucional de por medio, el empoderamiento financiero de estas zonas desgraciadamente irá a menos.

Las entidades financieras huyen porque su negocio en este tipo de entorno rural ya no es tan rentable y se está dejando de lado a los grupos de interés que siguen necesitando sin embargo aún más sus servicios para poder ellos ofrecer los suyos y mantener vivos estos sitios que tanto nos gusta descubrir y transitar a visitantes y turistas.

Yo retomo mi ruta y pienso cada año lo mismo. Si esos pueblos no estuvieran vivos por ellos, no los podríamos disfrutar tampoco los demás.

David Martínez.
EEFT Spain

Leer más blogs aquí.

Visite nuestra página de Facebook para obtener más información aquí.

Contacto
Teléfono Gratuito

Buscar